Frutos de otoño

La Devesa es el tramo de la restinga litoral comprendido entre El Saler y la Gola del Perellonet. En ella, sobre una superficie de 900 hectáreas, a lo largo de nueve kilómetros y en apenas los mil metros que median entre el mar y la laguna de L’Albufera, se desarrollan los diferentes ambientes que caracterizan este espacio: la playa, las primeras dunas, las malladas y el sistema interior de dunas fijas.
Casi destruida entre finales de los años sesenta del siglo pasado y la década siguiente debido a un proyecto de urbanización que la iniciativa ciudadana logró detener, La Devesa es actualmente, gracias a las labores de restauración ambiental llevadas a cabo desde los años ochenta por la Oficina Devesa-Albufera del Ayuntamiento de Valencia, un espacio recuperado y todo un ejemplo de cómo lograrlo. Se enfrenta hoy, sin embargo, a cierta presión humana y, sobre todo, a la amenaza de la falta de sedimentos y la regresión del litoral, en gran parte derivadas de las ampliaciones del puerto de Valencia.
Los dominios del lentisco
El cordón de dunas fijas, conocido como la pinada, constituye los dominios del pino carrasco y de una serie de especies de arbustos que, superada la sed del verano y ya bien entrado el otoño, exhiben la plenitud de sus frutos maduros. En esta verde y espesa maquia típicamente mediterránea, destacan los colores rojo y negro de las drupas carnosas del lentisco y el espino, el azul de las del labiérnago y el naranja más escaso y raro de las del bayón; también el añil apagado y aromático de las bayas del mirto, el naranja tóxico de las de la madreselva, el granate y el negro de las del aladierno…
Es este exuberante festín de frutos en sazón lo que atrae cada año por estas fechas los grandes bandos de estorninos pintos, el que alimenta al petirrojo y el mirlo, la torcaz, los zorzales… Los frutos para estas aves no son dieta exclusiva sino más bien una opción alternativa y complementaria en tiempos de escasez de otras fuentes de alimento. En La Devesa, también recurren a los frutos en mayor o menor medida las currucas cabecinegra y capirotada, el pinzón, el verderón, el carbonero común y hasta el mosquitero.
Y las aves, en simbiosis ejemplar, contribuyen a su vez al mantenimiento y la expansión de la fronda de matorral. Zoocoria se llama a esta forma de dispersión de la semilla por parte de los animales, a través por ejemplo de las heces, una vez digerido el fruto y asimilados sus nutrientes. Ningún reptil, ni tampoco mamíferos como el erizo, el zorro o la gineta, interviene en la diseminación de semillas y el aumento del área territorial de las plantas con la eficacia de un pájaro, porque ninguno distingue los colores de estos frutos como lo hacen las aves, que poseen visión cromática, ni alcanza como ellas las ramas altas de los arbustos cargadas de frutos.
Un itinerario botánico
Hace unos años, la Oficina Devesa-Albufera señalizó en La Devesa cinco rutas temáticas. Y editó sus correspondientes folletos (descargables aquí), uno de ellos dedicado a la flora. Seguir el itinerario botánico estos días de otoño es una buena forma de familiarizarse con arbustos y frutos. La senda discurre a lo largo de 800 metros por el Pla de Na Sanxa, muy cerca de la Gola del Pujol, atravesando la espesura de pinar y matorral.
Hay diez paneles que describen las especies citadas y otras muchas: el mirto, protagonista de las enramadas de las fiestas de los pueblos, y el espino, en cuyas espinas ensarta sus presas el alcaudón; al labiérnago y su socio el aladierno; la zarzaparrilla, de cuyos frutos se obtenía la sustancia para refrescos y dulces; el bayón, habitante de las crestas de las dunas fijas; la coscoja, de hojas pinchosas y grandes bellotas, y el ubicuo lentisco. Y el palmito, el brezo, la albaida, la siempreviva, el jaguarzo, la estepa, el romero, la madreselva… Todo un reto descubrirlas y reconocerlas después en cada nuevo paseo.
Pies de foto: 1 (portada), labiérnago. 2, espino negral. 3, lentisco. 4, cartel del itinerario botánico. 5, coscoja. 6, bayón. 7, itinerario botánico. 8, espárrago. 9, mirto. Todas las fotos son de octubre de 2020.
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Texto y fotos: V. L.