Birding Albufera es un portal de Internet creado en febrero de 2008 por Bosco Dies y Nacho Dies, dos aficionados a la ornitología que practican la observación de las aves, una actividad que es conocida internacionalmente como birdwatching o birding. Después de 35 años saliendo a ver aves en L'Albufera de Valencia, han sido testigos de muchos de los cambios habidos en torno a la avifauna de este espacio natural. La belleza de las aves y del paisaje de L'Albufera y la evocación de los momentos vividos durante todo este tiempo fueron el impulso que motivó la creación de este portal.
Con el tiempo, y ya bajo el padrinazgo de la Fundació Assut, Birding Albufera quiere seguir llamando la atención sobre las aves de L'Albufera, pero, además, al mismo tiempo, contribuir a divulgar L'Albufera de las aves.
Si, inicialmente, el objetivo principal de esta web era informar acerca de las aves de este humedal, ahora quiere promover especialmente el turismo de naturaleza y la observación de aves como forma de descubrir este paisaje único, y contribuir así a su difusión y conservación.
Son muchas las personas interesadas en salir a ver aves por L'Albufera y muchas más las que quieren descubrir la naturaleza y la cultura de este humedal desde una perspectiva más amplia. En un caso y el otro, no es fácil encontrar información sobre cómo, cuándo y dónde disfrutar de todo el atractivo de este parque natural.
Con Birding Albufera, puedes encontrar información útil para tus salidas de campo y también planear todo un viaje de exploración a uno de las zonas húmedas más importantes de la Europa mediterránea.
Además, si te interesa, puedes participar en la creación de este portal registrándote y enviando, si lo deseas, observaciones, consultas y contribuciones.
Sin duda, los mejores momentos observando aves los he pasado en L'Albufera. Y reconozco que cada día que salgo al campo pienso en lo especial que es este espacio. Ojalá que muchas de las agresiones que padece se vayan suavizando y que podamos recuperar L'Albufera de hace unas pocas décadas.
Desde que tengo uso de razón me he sentido atraído por todo lo que vuela, repta o corre. La proximidad de L’Albufera a Valencia me ha permitido, desde que era un chaval, tener contacto con todo tipo de fauna, especialmente con las aves. L’Albufera es un lugar que me ha ofrecido gran cantidad de experiencias y enseñanzas, ya que mis primeros contactos con las aves acuáticas y marinas se produjeron en sus marjales y costas. La gran cantidad de avifauna que reside o pasa un tiempo en este lugar me ha permitido disfrutar y sobre todo aprender a lo largo de los años en esta afición llamada ornitología. Además, L’Albufera, en su infinita bondad, siempre está dispuesta a ofrecer sorpresas ornitológicas que ansiosamente y casi desesperadamente buscamos en las diferentes estaciones del año. Muchos de mis mejores momentos ornitológicos me los ha ofrecido este grandioso humedal.
L’Albufera es donde vivo y mi lugar en el mundo por elección. Desde pequeña, la naturaleza y todo lo que vive en ella son mi fascinación; las aves, mi gran pasión y, por constancia, también mi trabajo, gracias al cual disfruto gran cantidad de horas observándolas. Este parque natural ofrece una gran diversidad de maravillosas especies a lo largo del año, y, pese a todos los inconvenientes de uso público y accesibilidad a los sitios de interés con los que nos encontramos día a día, las aves están. Sólo es cuestión de dedicarse a encontrarlas para admirarlas.
Un gran número de aves viven o visitan el Parque Natural de L'Albufera. Conocer su fenología, abundancia y riqueza es imprescindible para su protección. De vez en cuando me sorprenden algunas especies poco habituales o raras, lo cual me hace pensar en el privilegio que todos tenemos al disfrutar de este magnifico espacio natural. El anillamiento científico de aves es una herramienta imprescindible para registrar algunas especies tremendamente difíciles de detectar sólo con la observación. (Página personal)
Cuando era pequeño, me dedicaba a capturar lagartijas para que se les cayera la cola, renacuajos para ver cómo les salían patitas y medusas para que se disolvieran en la pecera. Ahora sé que eso es metamorfosis, autotomía y por qué las medusas se 'disuelven'. Sin embargo, sigue asombrándome la migración de las aves, sus adaptaciones y todo lo que nos queda por conocer de la manera en la que todo queda engarzado en la naturaleza. La observación es el primer paso para tener una mínima pista...
Desde muy pequeño siempre me ha apasionado la naturaleza, en especial las aves. Aunque visito regularmente distintos enclaves por toda Valencia, en L'Albufera es sin duda donde he pasado mis mejores momentos observando aves. Aquí dedico una gran cantidad de horas contando limícolas en el Estany del Pujol o en los campos baldíos, buscando paseriformes en la Muntanyeta dels Sants o simplemente dando una vuelta por los marjales observando la gran variedad de aves y buscando, por qué no, alguna especie menos habitual. L’Albufera ofrece una cantidad de opciones prácticamente inigualable en ningún otro lugar. Es necesario que se tomen medidas para su conservación y así poder seguir disfrutando durante muchos años más de la enorme riqueza que tiene.
Soy un enamorado de la naturaleza en todas sus facetas. Y L'Albufera y su riquísima avifauna me han regalado algunos de los mejores momentos vividos. He podido asistir a la mejora de este espacio en los últimos años y espero poder ayudar en el largo camino que queda aún por recorrer a fin de ir reduciendo los impactos y devolviendo a este enclave toda su riqueza natural.
L'Albufera es un lugar fascinante para ver aves, pese a que todavía queda mucho por mejorar, mucho camino por andar. Imagino un día en el que no hubiera caza y se pudiera observar aves confiadas y tranquilas por estar en un gran parque natural. Cualquier lado es bueno para disfrutar de una gran variedad de fauna, pero, sin duda, a mí lo que más me gusta es pasar horas y horas estudiando aves marinas desde el kayak, y fundirme con la mar. No hay nada más increíble que acompañar a los delfines y poder contemplar miles de pardelas alimentándose en nuestras costas.
Aunque, de pequeño, mis correrías tras los pájaros discurrían por las sierras interiores, en cuanto tuve autonomía para explorar L’Albufera, ésta se convirtió en uno de mis destinos favoritos. He aprendido sobre aves recorriendo sus marjales y costas y he disfrutado de grandes experiencias con ellas a lo largo y ancho de este lugar. Últimamente, también lo hago desde la atalaya de la montaña de Cullera.
Tendemos a identificar L'Albufera con las puestas de sol y la merecida fama gastronómica, con las grandes concentraciones invernales de anátidas y aguiluchos laguneros, con las colonias de garzas, con la caza y con esa peculiar forma de vida que tan bien reflejó Blasco Ibañez. Si se apura, todo ello tiene un denominador común: la laguna, auténtico corazón del Parque. Sin embargo, nuestros rincones preferidos son los arrozales más meridionales, fuera ya de la protección legal, pero en los que disfrutamos descubriendo que todavía quedan “petxinots” en sus acequias, observando libélulas y aves; y la mar, a la que se nos abre el mejor balcón desde el Cabo de Cullera.
Un día cualquiera, sentado en la calle a la fresca, me entretuve escuchando un carbonero común en lo alto de una casa de pueblo, que calló para dar paso a una lavandera blanca, y esta calló para dar paso al canto de una rana. Tal sorpresa me dio que miré hacia arriba, descubriendo que todos los sonidos que había escuchado los emitía la misma ave: un estornino negro. Y esto me hizo recapacitar: 20 años dedicados al estudio de las aves, y todavía no han dejado de sorprenderme. ¡Y lo que me queda
De pequeño pasaba gran parte del tiempo libre en la casita de campo familiar. Allí casi siempre estaba mirando al cielo, con los prismáticos cerca, esperando ver un "águila". A raíz de conocer a gente, leyendo, estudiando y también al empezar con la fotografía, cada vez he ido aprendiendo más y entrando de lleno en este fantástico mundo de las aves.
En cuanto a L'Albufera, ya hace unos años que la voy conociendo y siempre que puedo me escapo. Nunca deja de sorprenderme. Sus marjales, tancats, reservas... Descubriendo nuevas zonas, especies inéditas o grandes concentraciones. Si la gente se concienciara y se le mimara un poquito, aún nos asombraría más cada vez que la visitamos.
Un paseo por L'Albufera tiene para mí la cualidad del viaje. Por más que conozca este lugar, sé que siempre me tendrá reservada alguna sorpresa. El descubrimiento puede tener forma de atardecer encendido, de allipebre bajo una parra a media mañana o de charrán bengalí sobre una estaca en pleno paso otoñal. L’Albufera sorprende a quien tiene paciencia. Pero, además, sabe contagiar de su calma al impaciente: lo digo por experiencia. O sea que es terapia infalible a un paso de casa. Un destino próximo y cotidiano que, visto a través de los prismáticos, multiplica sus encantos y su capacidad de asombro. Por eso, por si acaso, siempre llevo los míos.