2022 30 Mayo

Extraordinaria primavera

 

2021

Octubre

Un cálido octubre, y sin apenas precipitaciones, se inició con la observación de un correlimos pectoral (Calidris melanotos) en Massanassa, especie que volvió a registrarse a los pocos días en Sueca: dos aves en el Tancat de Sabater i Arce. Dos ejemplares de malvasía cabeciblanca (Oxyura leucocephala) se presentaron en el Racó de l’Olla. Los primeros ejemplares de cigüeña negra (Ciconia nigra) llegaron a mediados de mes a las zonas habituales de El Ràfol (Sueca) y anticiparon una presencia invernal destacada. El proyecto Ornit (Nocmig Albufera) sacó a la luz el primer registro de bisbita de Hudgson (Anthus hodgsoni) para L’Albufera, el segundo para la Comunitat Valenciana. Un solitario mosquitero bilistado (Phylloscopus inornatus) fue escuchado en La Devesa, única cita anual de este divagante siberiano tan esperado.

Sonograma de bisbita de Hodgson (imagen: proyecto Ornit / Fundació Assut).

 
Noviembre

A partir de la segunda semana, hubo varias irrupciones de aire frío y nevadas adelantadas en el interior. No obstante, el mes transcurrió con relativa normalidad, con pocas observaciones de aves raras o escasas: las primeras grullas (Grus grus), a mediados de mes —vistas después menos de lo habitual—; fringílidos como el jilguero lúgano (Spinus spinus), y citas de especies más escasas como el pinzón real (Fringilla montifringilla), el picogordo (Coccothraustes coccothraustes) y el mirlo capiblanco (Turdus torquatus). Los últimos días del mes dieron una de las cifras más elevadas de porrón pardo (Aythya nyroca) para L’Albufera, con ocho aves observadas simultáneamente.

Diciembre

Después del de 2015, este fue el diciembre más cálido desde 1950 y el más seco de todo el siglo. Quizás por ello, apenas se vio nada: una de las pocas citas locales de alondra totovía (Lullula arborea), ejemplar observado en dunas de El Dosel de Cullera el día 10, y un avetoro común (Botaurus stellaris) en el Tancat de la Pipa. Un colimbo grande (Gavia immer) se presentó en dos ocasiones en un litoral que apenas si permitió unas pocas observaciones de patos marinos como el negrón común (Melanitta nigra). A final de mes, se registraron los máximos anuales de pardela balear (Puffinus mauretanicus), con hasta cuatro mil ejemplares censados frente a La Garrofera. El último día del año nos regaló una de las pocas citas invernales en L’Albufera de pardela cenicienta mediterránea (Calonectris diomedea).

Pardela cenicienta (foto: Víctor París).

Pardela cenicienta (foto: Víctor París).

 

2022 

Enero

Tiempo seco y algo más frío de lo habitual. La primera semana, máximo invernal sin precedentes de espátula común (Platalea leucorodia), con un grupo de 112 aves observadas en la Mata del Fang. También, la única observación invernal de bisbita de Richard (Anthus richardi), un divagante de Siberia que se viene registrando desde 2009. Con los primeros fangueos, llegaron los grandes grupos de gaviotas y, entre ellas, un ave de primer invierno de gaviota de Delaware (Larus delawarensis), especie originaria de Norteamérica de la que apenas hay seis observaciones previas en L’Albufera. Además, la primera gaviota cana (Larus canus) anunciaba un buen año de observaciones para la especie. Máximos históricos de cigüeña negra a final de mes, con 17 aves en arrozales de Sueca, y notable presencia de pinzón real, con más de un centenar de aves en La Llonga (Sueca).

Cigüeñas negras (foto: Toni Alcocer).

 

Febrero

Este mes prolongó la sequía insólita del invierno. Tiempo más cálido de lo normal para estas fechas. Los primeros días, las cifras de alca común (Alca torda) fueron las más altas de la última década. Las gaviotas continuaron dando sorpresas, con la presencia de la gaviota de Delaware observada en enero, gaviota cana —al menos seis ejemplares—, una gaviota del Caspio (Larus cacchinnans) y cuatro individuos de gaviota argéntea (Larus argentatus). La lavandera enlutada (Motacilla alba yarrellii) apareció en número destacado, con un mínimo de seis aves vistas en diferentes localidades. Las noches de Ornit revelaron una marcada presencia de zorzal alirrojo (Turdus iliacus), con decenas de aves en migración activa sobre La Devesa. En cuanto a los limícolas, un archibebe patigualdo chico (Tringa flavipes) se presentó en el Racó de l’Olla el día 24 —séptimo registro de esta especie americana—, mientras que la esperada aguja colinegra (Limosa limosa) apenas superó los dos mil ejemplares en su máximo anual.

Gaviota de Delaware (foto: Toni Alcocer).

 
Marzo

Uno de los meses más emocionantes de los últimos años, debido sin duda a la insólita inestabilidad del tiempo. La tormenta Celia y las depresiones posteriores propiciaron extraordinarias calimas y alargaron la inestabilidad hasta finales de abril. Esta peculiar situación coadyuvó a un doble encuentro tan inesperado como largamente soñado: el del colirrojo diademado (Phoenicurus moussieri), dos aves, dos, que suponen los primeros registros para la Comunitat Valenciana. Otra rareza: un cuervo grande (Corvus corax) en La Devesa. Y más citas destacables: 11 ejemplares de archibebe fino (Tringa stagnatilis), y hasta ocho individuos juntos de ostrero euroasiático (Haematopus ostralegus). Además, se citó la polluela bastarda (Porzana parva), cuatro aves, y la polluela pintoja (Porzana porzana) en varios enclaves. Son de reseñar también los registros de cerceta pardilla (Marmaronetta angustirostris), con un grupo de 11 ejemplares en el racó de l’Olla, y de cerceta carretona (Spatula querquedula), en cifras extraordinariamente altas. Las grabaciones nocturnas en La Devesa registraron el paso de hasta 18 ejemplares de alcaraván común (Burhinus oedicnemus).

Colirrojo diademado (foto: Miguel Andújar).

 

Abril

El mes se inició y siguió con la misma inestabilidad con que acabó febrero y continuó marzo, lo cual dio lugar a una primavera con récord histórico de lluvias. Los arrozales, largamente inundados por la lluvia, concentraron grandes cantidades de aves. Con todo, los primeros días del mes trajeron la primera cita para L’Albufera de águila imperial ibérica (Aquila adalberti), con un ave inmadura desplazándose hacia el norte sobre La Devesa. Las tres especies de polluelas, la polluela chica (Porzana pusilla), la pintoja y la bastarda, se vieron en distintos enclaves; una observación aislada de avetoro común supuso su único registro primaveral, y un correlimos pectoral visitó a fin de mes los arrozales encharcados de Sollana.

Polluela pintoja (foto: Toni Polo).

 

Mayo

Después de la inestabilidad, calma y calor. A pesar de ser tradicionalmente un mes vibrante de citas, mayo transcurrió sin sobresaltos, con los registros habituales de migrantes y apenas alguna observación puntual reseñable: un halcón de Eleonora (Falco eleonorae), la primera semana; buscarla pintoja (Locustella naevia) por partida doble, y una tardía gaviota cana en arrozales de Sollana. La inundación resultante de las lluvias pasadas favoreció la presencia prolongada de limícolas como el chorlitejo grande (Charadrius hiaticula), con cifras máximas de 190 aves; el combatiente (Calidris pugnax), hasta 90 ejemplares, y el correlimos de Temminck (Calidris temminckii). Siete ejemplares de polluela chica fueron grabados en migración nocturna en el marco del proyecto Ornit.

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Texto: B. D.